Reseña

Amalia Yone Villegas de Tula      1928-1995
Fundadora del Ministerio Comunidad Cristiana “Betesda”. Madre de seis hijos. 
Acepto a Jesús como su  Salvador  en 1965,  conociendo así el poder  regenerador  del Espíritu Santo,  librándola instantáneamente de los vicios, sanándola del asma crónico, sacándola del profundo vacío  y miedo  a la muerte que sufría para dedicar  su vida en devoción  al  Señor 

A partir de 1980, comenzó a asistir  espiritual y materialmente a mujeres solas y abandonadas que se  encontraban en la misma situación que  ella.
Amalia, sintiendo una gran carga por los perdidos abrió su corazón y las puertas de su casa las 24 horas del día.
Llegaban  enfermos de toda índole, desahuciados por la ciencia, endemoniados y un sin números de necesitados, por los cuales oraba y a quienes llevaba  a Cristo, acompañándole los milagros como respuesta a sus oraciones Pagó un alto precio por la fe: injurias, murmuraciones,  desprecios,  sin embargo la gente seguía llegando  a su casa.
Sobre toda esa situación  Dios  le habló que debía organizar la Congregación, de allí surge el nombre “Betesda” Casa de Misericordia, Fuente de Amor Inagotable. Lo que dio  lugar al Hogar de Niños, de Madres Solteras, atención a personas con problemas de Adicciones, y otras necesidades en la ciudad.
Realizó viajes apostólicos, lo que permitió establecer filiales en diferentes lugares tanto en la provincia como fuera de ella.
El 2 de agosto de 1995, y después de una vida a pleno servicio y entrega total al que la llamó a la obra, partió a la presencia de su Amado Señor.
Dejando huellas imborrables que hasta el día de hoy prevalecen en el ministerio.

Al partir con el Señor la hermana Amalia,  quedaron a cargo de la continuidad de sus obras el matrimonio Moreno (Eduardo y Yone: Pastores Generales de Comunidad Cristiana Betesda), padres de siete hijos, todos sirviendo al Señor.

 Continuando la Visión, dedican su tiempo a la enseñanza y capacitación de líderes. Evangelismo desafío: llevando a los pies de Jesucristo a quienes  viven a 4200 metros de altura, en parajes muy distantes, asistiendo las familias y escuelas con útiles, calzados, ropa, medicamento y mercadería.
Trabajan arduamente por el fortalecimiento de la Unidad del cuerpo de Cristo en la ciudad.
Han establecido obras en Chile y en España, que al día de hoy continúan en crecimiento
El Señor Jesús en su fidelidad y amor les acompaña trayendo revelación en la Palabra, en las distintas predicas, conferencias, seminarios donde les invitan. Aún la palabra  Profética no falta, dado que es un ministerio marcado por la profecía desde sus inicios.  
Es al día de hoy, que junto a la congregación pueden decir que pastorean la ciudad, y como dicen  ellos “Feliz sirviendo al Señor”